Pedrito y
su crucifijo
Mónica Esparza Patiño
Se acercaba el santo de Pedrito, y Manuel su padrino no tenía dinero
para comprarle un obsequio. Entonces se le ocurrió una idea, pintar el
crucifijo que tenía desde niño y regalárselo a Pedrito.
Se tardó muchos días en pintarlo y finalmente quedó como nuevo.
El día de su cumpleaños Pedrito estaba emocionadísimo abriendo sus
regalos, recibió carritos, robots y aviones de juguete.
Cuando abrió el regalo de su padrino y vió el crucifijo se quedó
helado y no supo qué hacer.
Su madre lo colgó en la pared de su habitación.
Pedrito miraba todos los días su crucifijo preguntándose qué podría
hacer con él.
Pasó el tiempo y Pedrito enfermó, estuvo muy grave. De nada le servían
sus carritos, robots ni aviones de juguetes. Lo único que lo
acompañaba en su sufrimiento era su crucifijo, se sentía protegido por
él y le daba fuerzas para superar su enfermedad.
Cuando sanó fue donde su padrino Manuel para agradecerle por su
especial e inigualable regalo y juntos hicieron más crucifijos para
los niños de su pueblo.
Pedrito valoró su regalo más que nada en el mundo.
Mónica Esparza Patiño
Se acercaba el santo de Pedrito, y Manuel su padrino no tenía dinero
para comprarle un obsequio. Entonces se le ocurrió una idea, pintar el
crucifijo que tenía desde niño y regalárselo a Pedrito.
Se tardó muchos días en pintarlo y finalmente quedó como nuevo.
El día de su cumpleaños Pedrito estaba emocionadísimo abriendo sus
regalos, recibió carritos, robots y aviones de juguete.
Cuando abrió el regalo de su padrino y vió el crucifijo se quedó
helado y no supo qué hacer.
Su madre lo colgó en la pared de su habitación.
Pedrito miraba todos los días su crucifijo preguntándose qué podría
hacer con él.
Pasó el tiempo y Pedrito enfermó, estuvo muy grave. De nada le servían
sus carritos, robots ni aviones de juguetes. Lo único que lo
acompañaba en su sufrimiento era su crucifijo, se sentía protegido por
él y le daba fuerzas para superar su enfermedad.
Cuando sanó fue donde su padrino Manuel para agradecerle por su
especial e inigualable regalo y juntos hicieron más crucifijos para
los niños de su pueblo.
Pedrito valoró su regalo más que nada en el mundo.
Todo lo que viene de Dios es el mejor regalo ... Por qué con Dios ganamos cualquier batalla .
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