El pan de Vida
Mónica Esparza Patiño
Una mamá, muy
preocupada por el crecimiento espiritual de sus hijas,
solía sentarlas y
contarles a modo de cuento algunos pasajes de la
biblia.
Queridas hijas
Lucianita y Nataly, sabían que una vez Jesús y sus
discípulos estaban
rodeados de mucha gente y no tenían comida para
todos.
- Y qué hicieron
mamá.
Jesús les pidió que trajeran las siete canastas que tenían
y
levantándolas hacia el cielo pidió que hubiera más comida para todos.
De
pronto sucedió un milagro, las canastas estaban llenas de pan y
pescado.
-
Que lindo mamá, exclamó Luciana con alegría, Jesús siempre se
preocupaba por
los más pobres.
- Si hijitas, por los pobres materialmente, y por los pobres
de espíritu.
- y quienes son los pobres de espíritu, mamá; preguntó Nataly
con inocencia.
- Los que viven su vida como seres dormidos, sin darse cuenta
de la
luz de amor y alegría que alumbra en sus corazones.
- Y cómo podrán
despertar esas personas mamá, preguntaron en coro las niñas.
- Cuando busquen
dentro de sus corazones a Dios y lo encuentren.
Mamá, muchas gracias por tu
cuento, de ahora en adelante ayudaré a los
pobres de espíritu a encontrar a
Dios.
- Y verás las bendiciones que él te enviará por tu ayuda.
Yo también
ayudaré mamá, dijo Nataly; y junto a ti y Luciana,
llevaremos su palabra
hasta los confines del universo.
Las niñas se fueron muy felices y empezaron
desde pequeñas a dar
consejos a sus amigos como panes de vida en abundancia
para todos.
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