En un pueblo muy pequeño vivía Alicia, una niña muy bonita y alegre la
que soñaba con tener su pelo con linadas ondas.
Todos en su colegio tenían el pelo ondulado menos ella, por lo que un
día se las ingenió para ponerse unos ruleros en la noche y al día siguiente
amaneció con el pelo lleno de bucles.
Ella se sentía al fin igual que todos y fue a la escuela muy feliz con su
nuevo peinado. Sin embargo, al pasar las horas sus rulos iban desapareciendo
poco a poco, lentamente y al finalizar las clases volvió a tener su pelo lacio
como siempre.
Alicia estaba muy triste por lo sucedido sin embargo su amiga Anita le
dijo:
Todos somos diferentes y especiales, no es tu peinado lo que te hace
especial sino tu corazón, Alicia se sintió bien y sonrió entendiendo que lo que
hace este mundo hermoso es la diversidad.
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