Dónde está el abuelo
Mónica Esparza Patiño
Rodrigo
era un niño muy inocente y amoroso, quien vivía con sus padres y todas las
tardes
lo venía
a visitar y a llevar al parque su abuelo para volar su cometa por el cielo
azul.
El era
muy feliz en compañía de su abuelo con quien disfrutaba conversando sobre su
vida pues era
muy ameno
y gracioso. Su abuelo compartía con el la alegría de vivir y siempre le contaba
historias sobre su vida, las que eran muy emocionantes para Rodrigo.
- Abuelo,
como quisiera volar como mi cometa.
- Algún
día todos volaremos por el cielo, solía decirle su abuelo.
- Tú crees.
- Estoy
seguro Rodrigo.
Una tarde
de otoño Rodrigo se acercó a buscar a su mamá en la cocina y la encontró muy
triste.
- Qué te
sucede mamá, le preguntó confundido.
- El
abuelo se ha ido hijito.
- ¿A
dónde?, le preguntó con curiosidad.
- Al
cielo.
- Y
cuándo regresa el abuelo.
- Cuando
reciba sus alas de ángel, respondió su mamá.
- Que
bueno mamá, entonces el abuelo será el ángel que me cuidará desde el cielo.
Rodrigo
se dirigió a su cuarto y mientras miraba por la ventana a los pajaritos volar
con sus pequeñas
alas, se
le ocurrió una gran idea.
- Haré
mis propias alas de papel, se dijo con entusiasmo.
Empezó a
recortar el papel de su cometa que tanto apreciaba y una vez que terminó, las
colocó
en sus
brazos y empezó a correr.
- Mamá,
mira ahora estoy listo.
- ¿A
dónde vas con esas alitas?
- ¡Al
cielo a visitar al abuelo!
Su mamá
se enterneció por la respuesta inocente de su hijo y le dijo:
- Mira
Rodrigo, en esta vida cuando nos llega la hora de partir si nos portamos bien y
nos amamos los unos a los otros, como tu abuelo lo hacía, vamos directo un
lugar muy bonito donde cada uno hace lo que más le gusta y hay alegría y paz y
a ese lugar le llamamos cielo.
- Yo
quiero ir al cielo mamá.
Si, pero
la vida aquí en la tierra también es muy hermosa y para todo hay tiempo, hasta
para partir.
- ¿Eso
quiere decir que no voy a poder estar junto a mi abuelo?
- Con tu
abuelo siempre vas a estar porque el vive en tu corazón.
- Tienes
razón mamá yo siempre lo voy a querer.
- ¿Y cómo
sabré que ya está en se lugar bonito y está feliz?
- Cuando
escuches sonar las campanas.
Ese día
al medio día sonaron las campanas de la iglesia del pueblo y Rodrigo abrazó a
su madre
de
felicidad al saber que su abuelo estaba bien y feliz, y que desde el cielo los
veía y cuidaba.
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