viernes, 26 de abril de 2013

Detrás de la montaña

Detrás de la montaña

Mónica Esparza Patiño.

Era invierno y hacìa frío. Mientras tanto Pipo miraba a su alrededor,
todo parecìa igual, los mismos árboles, rocas y piedras y la misma
montaña de todos los días.

Sin embargo, se le ocurrió una idea, qué habrá detrás de la montaña,
nadie nunca se ha atrevido a cruzarla.

Entonces, junto algo de agua en su cantimplora, un pedazo de pan en su
bolsillo y se dirigió hacia un viaje a la montaña. Cuando llegó al
otro lado ya casi sin aliento sus ojos no lo podían creer, había una
vegetación increible, flores de todos los colores, plantas y muchos
animales viviendo con unos pequeños hombrecitos y mujercitas de
pequeño tamaño.

- Y tu quién eres, le preguntaron algo asombrados.
- Me llamo Pipo y ustedes quiénes son.
- Somos seres que vivimos en paz y amor. Vivimos de lo que cosechamos
y compartimos todo lo que tenemos los unos con los otros, por eso
nunca peleamos y nos llevamos de las mil maravillas.
Pipo estaba impresionado pues jamàs se imaginó que detràs de la
montaña encontraría un mundo nuevo lleno de amor y alegría.
Pasaron unos dìas y Pipo se sentìa como en casa, se hizo amigos de
aquellas personas tan pequeñas pero con unos corazones muy grandes. El
les dijo:
- Me gustaría quedarme a vivir con ustedes pero es hora de volver.
Podrás volver con una condición le dijeron, que no le reveles a nadie
nuestro lugar secreto.
- Lo prometo, dijo Pipo.
- Y qué has aprendido de nosotros, le pregunto uno de ellos.
- Que si compartimos nuestras vidas y todo lo que tenemos con los
demás todo se vuelve hermoso y pacífico.
Entonces, ya estàs listo para volver. Pipo volvió a su casa con su
cantimplora vacía pero con su corazón lleno de ilusión, amor y
esperanza.
Y comprendió que en esta vida no todo es lo que parece pues detrás de
la montaña se oculta en secreto un mundo mejor.

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