El
Taller
Autora: Mónica Esparza Patiño
Érase una vlez una joven que quería hacer un taller para interpretar
la palabra de Dios. Pero al taller solo asistió una amiga suya.
No importa que solo una persona esté interesada, por una persona yo
haré mi taller muy interesante y ameno, pensó.
De pronto, en la sala donde se llevaba a cabo el taller ingresaron dos
hombres para arreglar la electricidad. Se les veía muy concentrados en
lo que hacían.
La joven seguía predicando con mucho ánimo sobre el propósito de una
vida de amor y paz. Su compañera participaba y ambas hacían del taller
un momento de reflexión sobre la importancia de Dios en nuestras
vidas. Hablaron sobre dónde habita Dios y cómo poder hallarlo.
Al finalizar el taller, la joven le dijo a su amiga, que pena que solo
seamos dos las que pudimos escuchar y dialogar en este taller. Sin
embargo, uno de los señores que arreglaban la electricidad le dijo, se
equivoca señorita, yo también escuché lo que hablaban, y le puedo
decir que Dios está en la lluvia y en la risa de los niños, está en
todas partes.
La joven se puso feliz de entender que su mensaje había llegado sin
saberlo a más corazones.
Autora: Mónica Esparza Patiño
Érase una vlez una joven que quería hacer un taller para interpretar
la palabra de Dios. Pero al taller solo asistió una amiga suya.
No importa que solo una persona esté interesada, por una persona yo
haré mi taller muy interesante y ameno, pensó.
De pronto, en la sala donde se llevaba a cabo el taller ingresaron dos
hombres para arreglar la electricidad. Se les veía muy concentrados en
lo que hacían.
La joven seguía predicando con mucho ánimo sobre el propósito de una
vida de amor y paz. Su compañera participaba y ambas hacían del taller
un momento de reflexión sobre la importancia de Dios en nuestras
vidas. Hablaron sobre dónde habita Dios y cómo poder hallarlo.
Al finalizar el taller, la joven le dijo a su amiga, que pena que solo
seamos dos las que pudimos escuchar y dialogar en este taller. Sin
embargo, uno de los señores que arreglaban la electricidad le dijo, se
equivoca señorita, yo también escuché lo que hablaban, y le puedo
decir que Dios está en la lluvia y en la risa de los niños, está en
todas partes.
La joven se puso feliz de entender que su mensaje había llegado sin
saberlo a más corazones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario