jueves, 23 de abril de 2020

Marlon en Cuarentena

Marlon en Cuarentena
Mónica Esparza Patiño

Había una vez un perrito,
Muy tierno y muy bonito,
Valiente como un león
Llamado Marlon.
A él le gustaba pasear en el parque
Y correr hasta muy tarde.
Un día apareció un horrible virus
Llamado el Fuchivirus.
Desde ahora todos estaban en cuarentena
Veía en las noticias desde una antena.
El tiempo se pasaba muy lento y
la cuarentena parecía un tormento.
No veía la hora de poder salir
y de la epidemia poder huir.
Marlon se sintió muy apenado,
Hasta que vio por su ventana saltar a un venado.
Los monos paseaban felices por las calles
Y las playas estaban llenas de aves.
Los camellos jugaban en la orilla
Y los delfines recorrían grandes millas
Marlon se dio cuenta que en la cuarentena algo bueno había pasado,
Los animales disfrutaban ahora del prado,
Paseaban sin temor por las calles
Corrían libres por los valles.
Marlon aprendió que la Cuarentena pronto acabaría
Y que era importante para preservar la vida.

jueves, 16 de abril de 2020

El dinosaurio de luz

El dinosaurio de Luz
Mónica Esparza Patiño
Dedicado a Brian un ángel del cielo.

Había una vez un dinosaurio diferente
nació lleno de luz.
A dónde iba el día se volvía luminoso
Porque con su luz iba alegrando a muchos dinosaurios.
Pero un día conoció a un dinosaurio
Que se enfadó un poco con la luz del dinosaurio luminoso
Porque él no tenía esa luz.
El dinosaurio de luz con paciencia le enseñó a soñar
e ir tras sus sueños. Y nació entre ellos una verdadera amistad.
Poco a poco se fue llenado de una luz hermosa como la del dinosaurio de luz.
Pronto ambos dinosaurios estaban rodeados por la misma hermosa aureola
 de luz y entendió que la luz era un lazo de amor y amistad
Que los uniría para siempre.

miércoles, 8 de abril de 2020

Un milagro en Semana Santa


“Un milagro en Semana Santa”
Mónica Esparza Patiño

María quería vivir la Semana Santa con mucho espíritu pero no tenía idea de qué hacer pues miraba su bolsillo y no encontraba más que unas cuantas monedas.

Entonces vio a un niño en el parque sentado en una banca muy solitario y decidió hablarle.

– Hola niño ¿Qué haces tan solo?

– Mi padre me envió aquí para ayudar a la gente

– ¿Ayudar de qué forma si eres tan pequeño?

– A qué vivan felices y llenos de amor

– ¿Y cómo un niño tan pequeño puede hacer eso?

– Es fácil, cumpliendo sus mandamientos y transmitiendo todo mi amor y alegría contagiosa a los demás y sonrió.

De pronto, los ojos de María no lo podían creer, el niño estaba rodeado por una aureola amarilla y rayos brillantes en todo su esplendor.

Cuando por fin se dio cuenta que el niño era el niño Dios él desapareció.

María sintió un amor inmensurable en todo su corazón, tenía ganas de ayudar a todo el mundo, a los niños, a los ancianos, a los olvidados, a los enfermos, a los tristes, a los que no conocen a Jesús y a los que lo niegan. Y se dio cuenta que en la Semana Santa suceden milagros cuando abrimos el corazón.

Fin